miércoles, 20 de junio de 2012

Critica: recital de Hugh Laurie en Buenos Aires


Viernes mágico en Buenos Aires

El pasado viernes a la noche fue mágico.  A pesar del frio reinante el Luna Park destilaba un calor único y diferente.  Es que esa noche se presentaba por primera vez en Buenos Aires el actor, cantante y músico Hugh Laurie, mejor conocido como el Dr. House de la televisión. 

Con una escenografía que recordaba a los viejos cabaret de los Estados Unidos y una  banda, The Cooper Bottom Band, que suena bien porque toca bien, porque tiene el ritmo y los matices que necesita el blues, el carismático Laurie deslumbro a la platea.  A tal punto que quienes estuvimos ahí nos sentimos en New Orleans, muy cerca del escenario y como si Laurie nos cantara solamente a cada uno de nosotros

“Mírenme a mi pero escúchenlo a ellos, porque son la mejor banda del mundo” fueron sus primeras palabras antes de cantar Mellow, down and easy,  primer tema de su exitoso disco “Let them talk”.   A partir de ese comienzo demostró que tiene todas las condiciones de un buen cantor: afinado, suelto, con personalidad, difícil de olvidar.

Y no solo canta sino que es un pianista dúctil, un virtuoso guitarrista y que junto a su banda forman un coctel explosivo, de música, sugerente, sensual y rítmica.

Las casi dos horas de show cerraron con dos salidas a realizar bises, con Laurie luciendo la camiseta de la selección argentina, un clásico entre los extranjeros que nos visitan y con una bellísima versión de Kiss of fire/ El choclo que canto en ingles acompañado por dos parejas que bailaban el tango y cuya versión en castellano la hizo una cantante argentina que Laurie había conocido la noche anterior en un local de tango.

Un final que dejo con las ganas de que vuelva muy pronto y con la certeza que a partir de ahora no es más el Dr. House sino el Dr. Blues.


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