domingo, 30 de septiembre de 2012
lunes, 24 de septiembre de 2012
TUCUMAN LA BATALLA QUE SE CREIA PERDIDA
La Batalla de Tucumàn fue un enfrentamiento armado librado entre el 24 y el 25 de septiembre de 1.812 en las cercanías de la ciudad de San Miguel de Tucumán, durante el curso de la Guerra de la Independencia Argentina.
Por orden del Virrey de Lima el General Pío Tristán, realista, con un ejercito de 3.000 hombres, más organizado y equipado que el patriótico, avanzó sobre las provincias del Norte. Los patriotas estaban retrocediendo y Tristán, convencido de la inferioridad del ejército de Belgrano, los provocaba constantemente. Sin embargo Belgrano y sus 1.600 hombres, en su mayoría gauchos, frenaron el avance realista.
Esta batalla fue fundamental para frenar a los españoles. Si los realistas llegaban a Córdoba se habrían conectado con sus pares en Montevideo y otra hubiera sido la historia. Con esta batalla y con la de Salta de 1.813, se consolidó la frontera norte de lo que era por entonces la Nación.
El Gobierno de Buenos Aires, que no apoyaba la decisión de Belgrano de presentar batalla a los realistas le pidió que retrocediera hasta Córdoba. Pero Belgrano sabía que la retirada significaba la inmediata pérdida de las provincias del Norte. Por eso junto con el apoyo del pueblo tucumano decide desobedecer las órdenes de replegarse. Su amor a la patria fue mas fuerte que su obediencia a los políticos de turno.
Aquel 24 de septiembre, día de Nuestra Señora de las Mercedes, fue también una jornada sublime para el Gral. Belgrano. El ejército a su mando, conformado por la caballería gaucha, Ignacio Warnes, Estoquio Diaz Velez, el Barón de Holmberg, Manuel Dorrego y los bravos tucumanos acababa de vencer al enemigo, que debió huir a Salta.
Una vez concluida la batalla ser inició la procesión de la Virgen hacia el campo de Batalla. En un momento del recorrido, Belgrano se acercó a la imagen, pidió a quienes la llevaban en andas que la bajaran y le entregó su bastón. Desde entonces la Virgen de la Mercedes fue reconocida y nombrada por Belgrano como la Generala del Ejército.
Al conocerse su victoria el Gobierno de Buenos Aires dispuso una serie de honores y premios a los vencedores. Nombrado como capital general, Belgrano contestó: "Sirvo a la patria sin otro objeto que de verla constituida, y este es el premio al cual aspiro".
El gran Belgrano falleció humildemente en su casa paterna el 20 de junio de 1820.
Ojalá hoy todos los que disfrutamos este feriado inesperado sepamos valorar a este verdadero héroe, que fue un hombre ilustrado de ideas progresistas, un militar que supo rearmar ejércitos destruidos, que tuvo a los indígenas de su lado, y a un patriota que vió mas allá de la revolución, que dió cuanto tuvo por su nación y que ganó la batalla que se daba por perdida.
Como dijo Don José de San Martín: "No tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte, pero créame que es el mejor que tenemos en América del Sur".
A 200 años de la gesta de un grupo de valientes patriotas, deberíamos erigir a Don Manuel Belgrano como el ejemplo, como el modelo, como el héroe a seguir.
sábado, 22 de septiembre de 2012
ORACION
María, Madre del Amor, ayúdanos a espresar
nuestro amor a los demás.
Donde haya impaciencia,
pongamos mansedumbre.
Donde haya desconfianza,
suscitemos confianza.
Donde haya asperezas,
pongamos bondad.
Donde haya melancolía y tristeza,
pongamos alegría.
Donde haya dolor e incomprensión,
pongamos compasión y compresión.
Donde haya discordia,
pongamos paz.
Donde haya cruz,
pongamos aceptación.
Donde haya malentendidos y desorientación,
pongamos luz.
Donde haya egoismo y envidia,
pongamos amor.
Amén.
nuestro amor a los demás.
Donde haya impaciencia,
pongamos mansedumbre.
Donde haya desconfianza,
suscitemos confianza.
Donde haya asperezas,
pongamos bondad.
Donde haya melancolía y tristeza,
pongamos alegría.
Donde haya dolor e incomprensión,
pongamos compasión y compresión.
Donde haya discordia,
pongamos paz.
Donde haya cruz,
pongamos aceptación.
Donde haya malentendidos y desorientación,
pongamos luz.
Donde haya egoismo y envidia,
pongamos amor.
Amén.
Mantra de la India
ASATOMA
Om Asatoma Sad Gamaya
Tamasoma Jyothir Gamaya
Mrityorma Umritam Gamaya
Om Shanti, Shanti, Shantihi
Guìanos de la irrealidad a la realidad
De la oscuridad a la luz
De la muerte a la inmortalidad
Om paz, paz, paz
Om Asatoma Sad Gamaya
Tamasoma Jyothir Gamaya
Mrityorma Umritam Gamaya
Om Shanti, Shanti, Shantihi
Guìanos de la irrealidad a la realidad
De la oscuridad a la luz
De la muerte a la inmortalidad
Om paz, paz, paz
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